Gracias por enseñarme a dar todo por una persona.
Gracias por enseñarme a confiar en mi misma y en los de más.
Gracias por enseñarme a que no siempre todo va a ser como queremos.
Gracias por enseñarme a escuchar y a esperar.
Gracias por enseñarme que de el dolor siempre algo bueno se puede sacar.
Gracias por enseñarme que un abrazo, un beso, una caricia puede cuarar hasta la herida más profunda.
Gracias por enseñarme a adimitir los errores.
Gracias por enseñarme a que un tropezon no es una caida, que hay que seguir luchando.
Gracias por enseñarme que nada es para siempre.
Gracias por enseñarme a luchar por lo que quiero.
Gracias por enseñarme que en el amor no todo es color de rosa.
Gracias por enseñarme a amar.
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