viernes, 18 de febrero de 2011

Tengo una idea particular, equivocada, totalmente paranoica y que no resiste el menor análisis: nuestras emociones están condicionadas por la industria cinematográfica. No por nuestra historia familiar. [...]
No hay familias con efectos especiales para mantenerte capturado, siempre es posible encontrar un punto de incomodidad que te permite salir, armar la propia e ir de visita a la anterior. El mismo punto por dónde después se van los hijos.
Con las películas no pasa lo mismo. Sentados frente a la pantalla -no hace falta ir al cine, con la televisión alcanza-, si el guion esta bien escrito , vamos tomando partido. Cuando la música esta bien puesta, nos emocionamos con lo que el director quiere y si hay imágenes contundentes, deseamos lo que el productor quiere que deseemos. 
A diferencia de lo que pasa con nuestras familia, el cine nos encuentra siempre bien predispuestos. Y hasta alguien de lo peor -un asesino a sueldo por ejemplo- nos puede resultar más simpático que un tío profesor de historia.[...]
No importa lo que sos -es evidente que eso es una porquería-, importa lo que debes ser.
Y debes ser: hijo considerado, magnifico alumno, adolescente no problemático, joven promisorio, sexualmente activo, políticamente comprometido, libre de espíritu, excelente pareja, padre ejemplar, adulto responsable, anciano resignado, enfermo resistente y buen muerto. Cada etapa tiene un trabajo para cumplir pero aceptarlo a rajatabla, trae de la mano algunos pensamientos inconfesables. Por ejemplo, imaginarnos que podría pasar si nos quedáramos huérfanos, viudos o lo que sea necesario para evitar sentirnos exigidos. Aunque esto de que es el otro el que te exige es una fábula.
Llama la atención que una persona común pueda tener las mismas fantasías que un perverso y que lo único que los diferencia es que raramente las lleva a cabo.[...]
El ideal de lo que se debe ser, ademas de inalcanzable, termina siendo acosador. Y si no naciste pecador, seguro que naciste endeudad. Bueno, ahora hay que pagar. ¿Cómo? Siendo lo que no sos.
Ser leal a lo que uno quiere es una honestidad posible. Quizá la única. Hay que tener en cuenta que la vida no dura cinto veinte minutos como una película.
Tampoco dura para siempre.
¡LA
PUTA
 MADRE
 QUE
 VALE
 LA 
PENA 
ESTAR 
VIVO!

miércoles, 16 de febrero de 2011

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Perdí la noción del tiempo al caer de boca en tu boca.
Soy un extraño aquí en mi cuerpo...
tanta calma, desespero.

lunes, 14 de febrero de 2011

-¿Cuántas vidas tienes?-
-Para ... incontables.-

Comedia o Drama

Comedia o Drama
eso puede ser la vida, depende vos.